jueves, 4 de enero de 2024

De la locura


En la oscuridad que devora no hay refugio ni resguardo. Ella abre las puertas al paso de sueños mudos, imposibles laberintos entre mundos, desdibuja las certezas, y devuelve a la piel su propiedad de amante flujo. Embriagadora contemplación, embriagadora voluntad de un impulso que danza vida y muerte. Inmanencia de la voluptuosidad, movimiento sin objeto, corporeidad rasgada en esa excesiva danza de deseo. Cómo seguir los pasos de esa excesiva violencia dionisiaca Amante de todas las formas imposibles. Cómo no querer su eterno nacimiento. Cómo no querer besar al olvido y acordar de todo, con todo a un tiempo, en un instante de labios suspendidos, la vida toda excesiva, amorosa. 


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